Vedanta Academy

Entender los modos de funcionar de la mente posibilita el reconocimiento de qué es el estado meditativo, que es el puente entre la mente consciente y mente inconsciente.

Comprensión de emociones, humores y estados de la mente.

La meditación es mucho más que sentarse bajo un árbol, cerrar los ojos y observar los pensamientos.

El primer paso para entender qué es una meditación es comprender qué es el estado meditativo.

Mi hijo me decía la semana pasada en la playa que hacía castillos porque sí. Yo le pregunté “¿por qué haces castillos?”. Y su respuesta no cambió: “porque sí”. Y es que jugar es un fin en sí mismo. No juega para crecer o para madurar, no. Nuestra mentalidad utilitarista aparece siempre por medio e intenta ver otros fines posteriores. ¿Qué ejemplos te vienen a la cabeza cuando piensas en cosas, actividades o estados que son fines en sí mismos?

En el episodio anterior os preguntaba si esta sociedad valora la sabiduría, dónde estás los sabios hoy y cuál es modelo de sabiduría. Y terminaba diciendo que es necesario matizar el término “utilidad” para reconocer si la sabiduría es útil. Porque la mayoría de personas confunden lo útil con lo utilitario. Hoy examinamos esa diferencia.

¿La sabiduría hoy impregna la sociedad? ¿Los políticos, los gobernantes, los directores de multinacionales reclaman a los sabios para buscar el bien, la verdad, la belleza, autoconocimiento y libertad? Quizás en nuestra sociedad occidental se asoció “sabio” al filósofo de antaño. Parménides, Empédocles, Heráclito, Sócrates, Platón… Pero esos sabios ¿dónde están ahora? ¿Son los intelectuales sabios o hay diferencias?

Cuando dices “yo”, ¿a qué te refieres? ¿A tu nombre, tu profesión, tu género, tu biografía? ¿Tu realidad psico-física es todo lo que eres? ¿Hay algo más? Y si hay algo más, ¿qué es exactamente?

En el episodio anterior os hablamos del primer verso de Tattva Bodha, conocimiento de la realidad, y hoy lo comentamos. Se trata de una oración para que quienes anhelan y comienzan con el conocimiento espiritual, continúen y terminen, que no se quede en un comienzo baldío sino que de frutos. Y expresa 4 cosas: para quién es, qué fruto da, cuál es el tema y cuál es la conexión entre el fruto y el tema. Este verso es muy común en las obras de Vedanta y lo exponemos y comentamos en nuestra membresía que se da lugar cada miércoles a las 14.00h de Madrid ➡️ Puedes entrar aquí: www.vedanta.academy/vedantahanuman

La psicología parece haberse convertido en la disciplina que hubiera retomado la invitación délfica al conocimiento de sí mismo.

Cuando escuchamos estas frases tan repetidas como “tú puedes”, “sé positivo”, “no te deprimas”… es quedarme solo con el 50% de la realidad dual empírica. El mismo lenguaje sufre un intento de ocultar lo negativo. Y de ahí que surja esa pretensión de crear castillos de arena sobre afirmaciones positivas y creencias coloreadas de rosa para poder contrarrestar mentalmente y sentirse pseudo-seguros en esta dualidad de la vida que implica placer y dolor, alegría y sufrimiento, vida y muerte, creación y destrucción, guerra y paz. En esa torre de marfil uno se puedo sentirse bien a través de visualizar el día con todas las cosas positiva que voy a encontrarme… ¿Y qué pasa cuando me encuentre con lo doloroso, con lo áspero, con lo conflictivo, con lo que no controlo? ¿Qué pasa cuando me encuentro con la alteridad del otro que no es como yo y que no tiene la misma estructura de valores? En realidad la autoayuda lo que hace es dividirnos más a base de una polarización constante, que consiste en etiquetar todo con “m

La mayoría de las personas que deciden entrar en Vedānta es porque han visto los límites de una vida de cambios y transformaciones constantes. Se dan cuenta de que hay algo en común con la autoayuda, el desarrollo personal y gran parte de los grupos espirituales. Algo que al comienzo es benéfico porque implica una armonización, cambios positivos, ser mejor persona. Hay prácticas, valores, estilo de vida… Sentirse parte de un grupo también inicialmente da un sentido de pertenencia. ❌ Pero si me quedo ahí, no completo el camino. ¿Qué hacemos en la membresía? Cada semana, juntos, descubrimos dos cosas: ese saber acerca del yo profundo y cómo actualizamos ese saber para que vivamos de manera serena y lúcida. Acabamos de comenzar la primera obra, tattva bodha, el conocimiento de la verdad. Todos los miércoles a las 14:00h de España (las clases quedan grabadas). ➡️ Puedes entrar aquí: www.vedanta.academy/vedantahanuman

Hoy hablamos de 3 temas: 1️⃣ Las falsas promesas de la autoayuda que no funcionan y que, además, constituyen un ideal de cómo hemos de llegar a ser, que nos hace, eventualmente, más inhumanos e infelices. 2️⃣ Conocer qué alternativas existen a la autoayuda y al desarrollo personal, que han estado y están disponibles desde tiempos inmemorables. 3️⃣ La forma más simple para comenzar con una de éstas alternativas a la autoayuda.

No sé si a ti se te quedó una espina clavada con el tema de Dios. O que no pase necesariamente por ser un tema de fe porque Dios en realidad no es un tema de fe. Escucho demasiado frecuentemente ideas verdaderamente infantiles acerca de este tema. Sino ha habido la suficiente investigación o la formación ha sido deficiente o no ha contado con el apoyo de guías bien preparados, la persona puede abandonar y rechazar este tema tan importante para su vida. En el video de hoy hablo desde el punto de vista de la visión vedica acerca de Dios desde una perspectiva que te parecerá poco convencional y que creo sumamente iluminadora, sobre todo si eres una persona que ansía una mayor compresión racional lúcida

Uno de los mayores obstáculos en la aceptación lúcida de la realidad son los “deberías”. Es decir, las expectativas y juicios de cómo deberían ser las cosas y las personas. El mundo de la autoayuda está repleto de ellos. Ya sabes: la obligación de ser feliz, el imperativo de eliminar la negatividad, la máxima de conseguir todos tus sueños… Aceptamos con total naturalidad los aspectos de nosotros mismos que encajan a bolillo con nuestras ideas, decimos “sí” a lo que ocurre y nos sentimos bien cuando se alinea con lo que pensamos. Por eso, muchos de nosotros, muy sinceros, interesados en la vida espiritual, experimentamos una especie de esquizofrenia espiritual o esquizofrenia del desarrollo personal.

Os traemos hoy un par de citas de autoayuda y un par de citas de tradiciones sapienciales. Por un lado, la autoayuda insiste en controlar la realidad a base de pensamiento positivo, de un supuesto crecimiento y poder ilimitado, de un yo-ideal de alto rendimiento, optimista, resiliente, que se va convirtiendo en su mejor versión de sí mismo... Por otro, las tradiciones sapienciales muestran un camino de serena lucidez aceptando la realidad tal y como es, haciendo lo que puede ser cambiado y centrándose en aquello que existe ahora (no en la mejor versión de un hipotético futuro yo) sin esconder las múltiples máscaras que esconden nuestro yo profundo.

Los tipos de conocimiento que existen no son claramente visibles por una persona que busca que se hace llamar espiritual y busca el desarrollo personal. ¿Acaso desde el mindfulness se puede discernir cuáles son los bienes fundamentales para el ser humano? ¿O con una técnica de coaching se puede conocer todos los bienes que son buenos para ti? Hasta hace poco no era así y no debería ser así por varias razones de peso que vemos en el episodio de hoy.

Algunas personas me preguntan si Vedānta tiene algo que ver con el desarrollo personal. Es una pregunta común, corriente y aceptable. La respuesta breve es: no. ¿Por qué no? ¿Vedānta no desarrolla nada? ¿No fomenta ninguna transformación? En el podcast de hoy matizamos esto. Vedānta es radicalmente diferente a esos cambios y esas transformaciones maratonianas y constantes como fundamento para sentirme bien.

¿Por qué buscar conocimiento del Ser, de Dios o del Sí-mismo?

Vedanta habla de ti. Dice que eres completo y que no hay otra fuente de paz diferente de ti. Tú eres la fuente de toda seguridad que buscas fuera. La mayoría de personas lo toman como unas frases bonitas que masajean la mente pero no fructifican en su vida, porque no son discípulos. Pueden ser buscadores sinceros, pero no saben que el problema de fondo, del que derivan todos los otros problemas, es la ignorancia. El buscador sigue buscando por sí mismo. El discípulo tiene un valor claro por el conocimiento espiritual y, como tal, se compromete a recibir una educación espiritual de forma sistemática.